El dolor y la desesperación que experimenta un individuo se esconden en la apariencia de autosuficiencia que utiliza como coraza para sobrevivir a su cotidianidad.
Si bien es cierto que las personas con diagnósticos previos de enfermedades mentales como depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia, entre otros, son más vulnerables a cometer un acto suicida, no es necesario atravesar un cuadro depresivo para tener pensamientos suicidas.
Las causas de suicidio más comunes en la población adulta son problemas económicos, enfermedades físicas o mentales, presión social, pérdida de un ser querido y rupturas amorosas. Asimismo, pueden cometer suicidios “personas que no presenten síntomas previos”, ya que la incapacidad personal de resolver un problema o situación abrumadora puede llevar al individuo a tomar tal decisión.
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