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A través de sus redes, la organización advirtió que esta falta de financiamiento limita en gran medida funciones clave como docencia, investigación y extensión.
También restringe gastos en seguridad e infraestructura.
El OBU recordó que la delincuencia dejó a las casas de estudio en un desmantelamiento total.
Asimismo, señaló que el deterioro de la infraestructura universitaria es una gran preocupación, pues la criminalidad degradó las condiciones para estudiar y enseñar.
Reportaron que los robos y hurtos en las universidades se intensificaron tras la pandemia y persisten, generando temor entre docentes por la inseguridad al interior de los recintos educativos.
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